Lo más sencillo para lograr este efecto en nuestras fotografías es poner nuestra cámara en modo “retrato”, pero para lograr fotografías con mejor calidad se debe utilizar el modo “manual” para poder jugar con la profundidad de campo y así conseguir que nuestro Fotografías estén con el fondo desenfocado más que nuestro sujeto enfocado.
Lo primero es entender el concepto de “profundidad de campo”. La profundidad de campo, en pocas palabras, hace referencia a la zona de la imagen que se ve aceptablemente nítida. Si una fotografía tiene un pequeño punto enfocado y lo demás se ve desenfocado, diremos que tiene poca profundidad de campo. Si es al revés, y vemos con nitidez tanto lo que aparece en primer plano como lo que hay al fondo, diremos que tiene mucha profundidad de campo.
Apertura del diafragma
La apertura del diafragma se expresa mediante el número f. Cuanto más bajo sea este número, mayor será la apertura del diafragma y menor la profundidad de campo que tendrá tu fotografía, por lo que si quieres hacer un retrato con la cara enfocada y el fondo desenfocado, debes seleccionar el modo de prioridad de apertura de tu cámara (o el modo manual, si prefieres controlar todas las variables tú mismo) y escoger un número bajo.
Habitualmente, los objetivos fijos permiten alcanzar números f más bajos. Por ejemplo, por unos US$125 puedes comprar un objetivo Canon 50mm f/1.8, o incluso f/1.4 o f/1.2 si quieres gastar más. Sin embargo, incluso en los mejores y más caros objetivos zoom no pasarás de f/2.8.
Normalmente se aconseja utilizar la mayor apertura de diafragma, es decir, el número más bajo, para lograr fotos bonitas con poca profundidad de campo. Esto es verdad a medias. Si utilizas un objetivo f/1.2, puedes encontrarte con que tu profundidad de campo es tan limitada que sólo puedes enfocar los ojos de la persona retratada, pero no la nariz. Puede que esto sea lo que estés buscando, pero también puede llegar a ser demasiado extremo.
Si utilizas el objetivo que venía con tu cámara, como el EF-S 18-55mm f/3.5-5.6 que se vende habitualmente con las Canon T3i, es probable que no alcance números muy bajos. Pero no te preocupes, que también puedes conseguir fondos desenfocados si tienes en cuenta el resto de variables que determinan la profundidad de campo.
Distancia focal
Si utilizas una distancia focal corta, con un ángulo de visión amplio (gran angular) tendrás más profundidad de campo que con una distancia focal larga (teleobjetivo). Es decir, si puedes elegir entre 17mm o 85mm, apuesta por esto último. Verás que es habitual ver fotos de deportes donde el deportista está perfectamente enfocado mientras que el fondo está muy borroso. Es muy probable que el fotógrafo esté utilizando un objetivo 70-200mm f/2.8, por ejemplo, con una focal bastante larga.
Distancia al sujeto
Cuanto más te acerques al sujeto que quieres fotografiar, menor profundidad de campo podrás obtener. Es decir, para conseguir fotografías con fondo desenfocado, aproxímate a lo que estás retratando. Si te alejas, la profundidad de campo aumentará. Distintos objetivos tienen distintas distancias mínimas de enfoque. Por ejemplo, siguiendo con el ejemplo del Canon 18-55mm f/3.5-5.6, esta distancia es de 25 centímetros. Tengas el objetivo que tengas, tú mismo comprobarás que hay un punto en el que ya no puedes acercarte y mantener el enfoque.
Otro factor que te facilitará conseguir un fondo desenfocado es separar al sujeto del fondo. Cuanto más cerca esté el sujeto del fondo, más difícil será conseguir un fondo desenfocado, ya que necesitarás que la profundidad de campo sea menor.